Hace algo más de un año leí esta frase y me impactó muchísimo. Hace unos días, hablando con un emprendedor en Barcelona, hizo un comentario que me la recordó.
El artículo que incluye la frase se escribió en noviembre de 2008, en plena crisis, cuando Silicon Valley discutía sobre la necesidad de las startups de enfocarse en sobrevivir. Sequoia había reunido a sus startups, auguraba un invierno nuclear y crisis en forma de L, y aseguraba que el acceso a capital estaría cerrado durante años. En cambio, este artículo de la frase argumentaba que “sobrevivir no es una estrategia” válida para una empresa, y que es mejor luchar en otro proyecto que estancarse en uno que no tiene futuro.
Está claro que las dos visiones no son opuestas (tienes que luchar como un cosaco, y tb ver cuándo llega el final), y que en Silicon Valley se sabe muy bien cerrar una empresa y no estancarse en algo que no funciona. En este sentido, es muy bueno el artículo sobre cómo sobrevivir y luchar en tiempos malos, en espera de otros mejores, de Jason Calacanis. What to do if your startup is about fail (or “Don’t Stop Believing”).
Pero bueno, el tema no es este.
La frase del título de este post me impactó porque creo que todos los proyectos tienen fecha de caducidad, no en sí mismos necesariamente, sino para las personas. Especialmente en proyectos de alto crecimiento, es muy difícil que después de unos años (5 años?), el proyecto pueda seguir interesándote y puedas seguir aportando como lo hiciste al principio. Y para mí, el apacalancarte en un proyecto, continuar en él por inercia, es un riesgo muy alto, en el que puedes entrar poco a poco y sin darte cuenta. Puedes estar aceptando un status quo que en realidad no quieres. Un riesgo profesional y vital.
Eso por una parte. Por otra, y más relacionado con el comentario del emprendedor en Barcelona, hay otro tema.
Tenemos que tener la inteligencia, lucidez o suerte de elegir bien el proyecto en el que nos involucramos (sea projecto emprendedor propio, o por cuenta ajena), y que nos vaya a dar más, de lo que sea que queremos obtener.
Decisiones. El coste de oportunidad es tremendo, el tiempo pasa, y no quieres ser un zoooombie… De vértigo!
