Gran parte de los periodistas que más me gustan salieron de sus medios de comunicación para crear sus propios blogs. Om Malik, Tom Foremski, Matt Marshall son los mejores ejemplos (a ver qué hace Rob Hof, otro que está arriba en mi lista). Claro ejemplo de la fragmentación del media, sus posts son como snacks informativos que engullimos antes de pasar al siguiente snack. Como si fuesen pintxos donostiarras (sí, se me ha ido la olla, lo sé).

Lo que llama la antención es cómo sus proyectos están dejando de ser solo blogs y estamos asistiendo a la creación de grupos de comunicación en el sentido más tradicional del concepto. Atraer atención para luego monetizar atención, de manera profesionalizada. Ya sé que no digo nada nuevo, pero es que estamos viviendo el proceso cada día.
A qué viene esto? El anuncio del cierre de Business 2.0 ha generado dos noticias que me han llamado la atención, las dos relacionadas con TechCrunch. En primer lugar, que se estudiase la posibilidad de fusionar Business 2.0 con TechCrunch dice mucho de la ambición de Michael Arrington, que ya ha dejado clara en más de una ocasión. En segundo lugar, está el fichaje de Erick Schonfeld como co-editor de TechCrunch. Erick era el editor-at-large de Business 2.0 y es uno de los periodistas de tecnología que más prestigio tiene en EE.UU., y entre otras cosas tiene una enorme agenda de contactos que, al menos, le habrá dado la posibilidad de elegir entre varias ofertas, entre ellas continuar en Fortune. Pero ha elegido y es el primer periodista tradicional que entra en TechCrunch.
Weblogs Inc, Weblogs SL, Gawker Media, etc, son ejemplos que se están empezando a repetir cada vez más, aunque sigo creyendo que tendremos revistas tradicionales para largo.

Metablogs, por Mauro Entrialgo